lunes, 7 de marzo de 2016

BENEFICIOS DEL JABÓN ARTESANAL 3.- 5 BAREMOS QUE INDICAN SU CALIDAD.

Para que una pastilla de jabón sea suave y nos hidrate adecuadamente, debe estar bien formulada. Os voy a explicar los baremos que podemos tocar en función de los aceites que utilicemos y sus propiedades, debido a los ácidos grasos que los componen. De todas formas, aunque estos baremos de momento no se indican en las pastillas de jabón, podemos sentirlos cuando lo estamos utilizando, porque son muy sencillos.

Estos baremos con los que se juega al formular un jabón son:

  • Dureza: para que la pastilla de jabón tenga la adecuada y no se nos deshaga demasiado con el agua y nos dure los suficiente.
  • Burbujas: la cantidad de burbujas que se van a formar, no está relacionado con la limpieza.
  • Persintencia en la espuma: Determina la duración de la espuma y la consistencia cremosa de esta.
  • Limpieza: que limpie lo necesario, pero no demasiado. Podemos subir este parámetro si queremos hacer un jabón para la ropa, por ejemplo.
  • Acondicionado: Es la capacidad que tiene el jabón de suavizar y nutrir la piel. Esto también se consigue añadiendo al jabón más cantidad de aceites de los que necesita para formarse el jabón, para que queden sin saponificar, a esto se le llama sobreengrasado.

Jabón de Caléndula y Zanahoria

Las características que determinan estos baremos, como ya hemos dicho, las confieren los ácidos grasos de los que esta compuesto cada aceite. Algunos reciben su nombre del aceite en donde predominaban, como el ácido oleico (del aceite de oliva), el ricinoleico (del aceite de ricino) o el palmítico (del aceite de palma).

Estos ácidos grasos, pueden ser insaturados o saturados. Los aceites con mayor numero de ÁCIDOS GRASOS SATURADOS (como el ácido caprílico, láurico, mirístico, palmítico y esteárico), son sólidos a temperatura ambiente (por ello se les llaman grasas), y dan jabones con mayor dureza, espuma y limpieza. 

Todo lo contrario pasa con aceites con un alto contenido en ACIDOS GRASOS INSATURADOS (ácido oléico, linoleico, linolenico y ricinolenico), como el de oliva, por ejemplo, que son líquidos a temperatura ambiente, y proporcionan a los jabones mayor hidratación, emoliencia y suavidad.

Los valores adecuados para un jabón cosmético, deben estar en torno a 50 (en una escala de 0 a 100). Nunca por debajo de 40 ni por encima de 60. Personalmente cuando formulo un jabón lo hago con unos valores entre 48 y 51. Es muy difícil ajustarlo más. 

Si queremos, por ejemplo, un jabón para pieles delicadas, sensibles o para bebes, bajaremos la limpieza, esto se puede hacer fácilmente bajando la proporción de aceite de coco, o con un jabón solo de oliva, como el famoso jabón de Castilla. este tiene unos valores de:

dureza: 44, burbujas: 43, persistencia: 43, limpieza: 44, y acondicionado: 53.

No es muy duro, no tiene grandes burbujas, pero es suave con la piel, por que tiene una menor limpieza y un mayor acondicionado. Por eso tenemos la gran suerte de tener este aceite a nuestra entera disposición.

La alarmas que siempre oímos sobre los jabones es que estos nos resecan demasiado la piel, pero los jabones comerciales no tienen nada que ver que los hechos artesanalmente, que son cremosos y no resecan en absoluto, recordemos que además estos no tienen glicerina, y seguramente, no tengan mucho exceso en aceites o sobreengrasado, que es lo que le confiere un buen acondicionado para nuestra piel, porque cuando lo utilizamos, se nota la diferencia.

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